[MICRORRELATO]
Jamás pude nunca, silenciar tu melodía eterna,
la que acompañaba mis soledades hasta altas horas de la madrugada.
Pasó el tiempo y nunca más te vi,
y aunque tu imagen se fue borrando de mis extenuadas retinas
todavía puedo hoy —cuando suena tu canción— verte, imaginarte. Sentirte.
Tú. Yo. La música. Los taburetes de madera raída entrelazados. Nuestras conversaciones nocturnas. Era todo lo que necesitábamos.
Pasó el tiempo y nunca más te vi,
pasó el tiempo y el recuerdo se fue olvidando de ti.
Más, ni tú, ni yo. Ni las conversaciones inexistentes. Ni la música que ya no suena. Ni la ausencia de recuerdos pudieron instaurar el olvido.
«Pasó el tiempo y nunca más te vi» (estrofa sacada de la canción «La Calle Del Sol» del grupo Distrito 14, a partir de la cual se ha inspirado este escrito).