
[RELATO]
Había estado toda la mañana leyendo y subrayando un libro de los que yo etiquetaba como esotéricos, espirituales, raros. Esa temática que tanto le gustaba a él.
—¿Qué subrayas? —le pregunté la siguiente vez que volvió a hacerlo.
Cada vez que subrayaba su cara reflejaba paz. Esa paz que da la certeza de saber algo. Y que me habría encantado sentir a mí en ese momento. Sin embargo, la contestación fue parca. Demasiado parca.
—Un párrafo que acabo de leer —dijo.
Me inquietaba saber más y le pedí que por favor me explicara eso que le había parecido tan interesante como para marcarlo.
—No puedo. No puedo explicártelo con palabras. Siento que si lo intento tergiversaré lo que se intenta transmitir. No sé si tendría sentido fuera de contexto.
—Vaya —respondí un poco decepcionada.
Mi cara debió ser un poema y se intentó explicar mejor.
—A ver… sé que estos párrafos son útiles. Lo siento cuando los leo. Sé que hay algo más allá del texto. De las palabras en sí.
Te parecerá marciano pero es como si yo no fuera el que decide subrayar sino la conciencia que está en mí (en todos) y que se reconoce así misma en cada uno. No sé… .
Puse cara de esperar algo más. Y continuó hablando.
—Sé que cuando leo no es el intelecto el que entiende. Sin embargo, siento que el mensaje llega. No sé a dónde pero llega. Siento que algo en «mí» comprende. Es todo muy abstracto. No sé explicarlo mejor.
Mi rostro había cambiado de expresión y sonreí asintiendo. Ahora era él el que me miraba extrañado. Esperando que yo dijera algo.
—Te entiendo. Eso que te pasa a ti con tus libros parece ser lo mismo que me sucede a mí con la poesía. No puedo explicarla, menos todavía por partes, sin embargo en su conjunto hay algo dentro de mí que comprende.