
[RELATO]
Aquel día lo tuve claro. Estaba mirando al infinito como tantas otras veces y tomé una decisión que significaría un cambio radical en mi vida.
¿O fue ella la que me tomó a mí?
La contemplación siempre me traía las mejores ideas.
Por fin había llegado el momento de llevarla a cabo. Empaqueté todas y cada una de mis posesiones —que cabían en un Renault 19 Chamade— y me fui a vivir sola a una cabaña aislada en el bosque.
Dejaría atrás una vida que sentía vacía y caótica para entrar en otra verdaderamente vacía y caótica en otros aspectos.
Me sentía emocionada por ese giro que había decidido darle a mi existencia.
Ya no había vuelta atrás, comenzaba para mí una aventura salvaje.
Hoy es el día uno, me dije mientras observaba por el retrovisor como mi anterior vida se hacía cada vez más y más pequeña.
Y fue cuando esa imagen se diluyó en la carretera que me desperté con el libro «Walden, la vida en los bosques» sobre mi regazo.