
¡Va por ti! Por ti que estás del otro lado, por ti que me lees.
Gracias por traerte hasta donde te encuentras hoy, siguiendo —salvo despistes— a tu corazón.
Por superar tantos momentos de frustración. Por encontrarte en la risa. Por utilizar el humor como aliento para tus malos momentos. Como alivio para esa dureza que, en ocasiones, sientes.
Gracias por ser fiel a ti mismo, a pesar de todo lo que ello pueda suponer.
Gracias por las veces que sin saber ni cómo, sin pretenderlo, sin estar libre de dudas, problemas y obstáculos te abriste a escuchar a tus colegas, les hiciste reír, les acompañaste en sus vaivenes. En sentido real y figurado también.
Gracias por ir persiguiendo sueños y no desistir cuando al llegar a ellos sentiste que ya no te llenaban.
Gracias por hacer —o no hacer— lo que sentías, aunque para alcanzarlo tuvieras que traspasar situaciones que fueron muy duras para ti.
Gracias por contestar tajante en momentos que sentías hacerlo, a pesar de que esa actitud te fuera llevando al aislamiento y recibieras respuestas desagradables. También esto te daba fortaleza aunque pareciera quedar escondida.
Gracias por superar y lidiar tus miedos.
Gracias por no darle tanta importancia a la vida. Esa vida de la que, más de una vez, hubieras deseado bajarte.
Gracias por ser auténtico y transparente. Sincero, sintiente, divertido, cercano.
Gracias por ser consciente cuando se te comen los demonios, y gracias por permitirle a la vida (esa que va más allá de tu comprensión) que te atraviese y que te siga atravesando cada día por completo.
Gracias por los recibimientos, por las comidas y los ricos alimentos con los que agasajas y te agasajas.
Gracias por ser respetuoso, por estar ahí siempre que se te necesita y por poner límites cuando son necesarios.
Gracias por el día que fuiste consciente de que la única persona que te acompañaría hasta el final de este viaje serías tú mismo y decidiste aprender a conocerte, a gestionar tus emociones, a aceptarte, a tratarte con amabilidad, a convivirte con todo.
Gracias también por el día que tomaste la decisión de SER FELIZ. Independientemente de que se cumpla o no, independientemente de lo que tu personaje demande en cada momento.
Gracias por SER y ESTAR.