Recordatorio para el humano que aparentas ser.
Por mostrarte humano en todas tus aristas no eres menos espiritual.
La experiencia humana va de esto también, de vivir intensamente ambas polaridades. De blancos, de negros, de grises y colorines.
De ser auténtico y transparente en esa autenticidad propia, de disfrutarse en/y el camino, de permitir que la Vida se viva a través de la humanidad que nos transita.
Por mostrar todos los contrastes de la humana o el humano que aparentas ser, no eres menos espiritual. Ni estas más, ni menos avanzado. Ni eres mejor, ni peor por hacer o dejar de hacer «X» prácticas consideradas espirituales.
No se puede ser más ni menos espiritual por los actos que uno ejecuta como ser humano.
La espiritualidad es inherente a uno. Es inherente a ti. El humano que te viste es simplemente un papel, un personaje. Simplemente no es poca cosa, aunque te lo parezca.
Tampoco por mostrar procesos humanos duales y polaridades (cómo no mostrarlas si la experiencia es dual), significa que seas menos espiritual.
Estás aquí para experimentar la humanidad sin identificarte con ella, para aprender a amarlo todo (y en ese todo, tú como humano eres la base), para expandirte. Quizás desde el humano que vestimos, a veces, no nos parezca sencillo, forma parte del juego.
No pierdas la potente experiencia humana, juégala, no te la tomes muy en serio y disfrútatela sin olvidar tu/el verdadero origen.
Eres mucho más de lo que ves, de tus creencias, de lo que haces y de todas las programaciones que lleve tu personaje en este juego que llamas vida. Todo eso puedes transformarlo. Puedes resetearte las veces que necesites.
Lo que eres en esencia va siempre contigo, con tu humanidad, tan solo recuérdalo en tu proceso.
Eres un potente faro, re-conecta con su luz y asegúrate de expandirla para iluminar a otros.
¡Gracias por ser faro prendido 🔥 en este espacio conmigo!