El mundo es como una película o como una gran obra de teatro.
Lo que me impulsa a seguir «mi» camino SOY YO. Ese YO en conexión con mi/El SER que siempre ES. (No hablo del yo personal con el que nos identificamos constantemente.)
Lo que te impulsa a seguir tu camino es tu/El SER.
Nada externo a ti te impulsa, te anima, ni te motiva. Construir desde lo externo es construir sin cimientos.
Por mucho externo que a veces parezca que nos sustenta, no es así. Tampoco el personaje que aparentamos ser lo hace.
El poder está en ti, en «nosotros» cuando decidimos no identificarnos con nuestro personaje.
No somos el personaje aunque sea un medio para experimentar este viaje llamado vida.
Indagar. Sentir. Observar desde la honestidad, experimentar la vida y permitirse SER.
Lo mismo que vives intensamente las aventuras del protagonista de cada una de las historias que lees pero no te identificas ni te enganchas a él, puedes sentir(te) intensamente todo lo que sucede sin apegarte a historias, ni identificarte con tu personaje en esta vida.
El mundo es como una gran obra de teatro, como una película, como una novela con miles de finales, como un guión en el que existen infinitas tramas, personajes, nudos y desenlaces que suceden al unísono.
Aventura, imaginación y creación ilimitada.
La clave está en no atraparse con nada, simplemente vivir la experiencia y dejar que todo te atraviese.
Podemos disfrutar de la vida siendo conscientes. Siendo ese disfrute no condicionado.
Y así vamos descubriendo que, en el fondo, es la Vida la que nos va llevando.