
[INSPIRACIÓN POÉTICA]
Hace ya año y medio que no vivimos juntos.
Y sin embargo, sigues formando parte de mí.
Son ciclos.
En este toca separarse físicamente.
A veces, te echo de menos. Tu bravura, tu serenidad, tu armonía, tus cadencias.
Y sin embargo, tu esencia sigue en mí desde el primer día que te conociera.
Hace… casi una vida.
Cómo iba a saber yo, por aquel entonces, que ibas a calar tan profundo en mí.
Ciclos. Son ciclos.
He vuelto a visitarte para terminar un ciclo y comenzar el nuevo a tu lado.
Comenzaremos juntos esta nueva vuelta al Sol, aunque esta vez sea por tiempo muy limitado.
Tanto que agradecer… .
Son ciclos. Siempre son ciclos.
Sigues inmutable cada vez que vengo a verte.
Me recibes como si nada hubiera cambiado. Porque la esencia no cambia, me susurras al oído. Y me transportas a los años en los que vivíamos juntos.
En los que nos veíamos cada día. En cualquier momento.
Cuando la brisa me envolvía con tus fragancias, cuando te escuchaba batir fuerte contra las rocas, cuando saltabas los acantilados como si nada para acariciarme el rostro.
Aquellos años que acompañabas mis paseos, mis meditaciones, mis lecturas, mis tristezas, mis alegrías.
La vida.
Siempre ciclos.
La magia hechizante del Cantábrico siempre conmigo.